“Si
se mantienen firmes, conseguirán la vida”
Lecturas:
Malaquías 3,19-20; Salmo 97; 2 Tesalonicenses 3,7-12
Evangelio
según San Lucas 21,5-19
La
Palabra de Dios nos invita a reflexionar en la venida del Señor Jesús. Pero
antes, hay cosas que deben hacerse para vivir a plenitud este momento. El
Maestro Bueno nos señala un sendero difícil, lleno de obstáculos y engaños: “…antes de todo esto los perseguirán a
ustedes y los apresarán; los llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los
harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con esto darán
testimonio de mí”… “Cuídense de que
nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre…”.
Los
cristianos, estamos llamados a dar testimonio de nuestra fe en medio de las
situaciones más adversas. No podemos ser indiferentes, ni mucho menos podemos
estar distraídos. Los contemporáneos de Jesús estaban embebidos en la belleza
del templo y ante esta realidad, Jesús, se atreve a decir palabras fuertes: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre
piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”. El Maestro
sabe que necesitamos despertar, que debemos prepararnos y que no será fácil ser
sus fieles testigos.
San
Pablo también nos señala el camino para no ser discípulos mediocres: “Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes
viven como holgazanes, sin hacer nada, y además, entrometiéndose en todo. Les
suplicamos a esos tales y les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se
pongan a trabajar en paz para ganarse con sus propias manos la comida”. Ante
la espera de la venida del Señor, un verdadero discípulo no puede cruzar los
brazos y esperar que todo le caiga del cielo, “hay que trabajar”, es decir, anunciar la verdad, disponer la vida,
convertirse, recapacitar y mantenerse firmes.
Sabemos
que no es fácil, que las contrariedades de la vida a veces arrecian y que
nuestras fuerzas pueden vacilar. El Señor nos invita a mantenernos de pie: “Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.
Esa debe ser la actitud de quien espera en el Señor: la firmeza, el temple y la valentía para anunciar el Evangelio de la
Vida y de la Misericordia. El Evangelio verdadero, que otros quieren
tergiversar, debe ser defendido con nuestro testimonio de vida, el Señor nos da
la certeza de que no nos abandona, así afirma Malaquías: “…para ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que
les traerá la salvación en sus rayos”.
Hoy
celebramos el día del abrazo en familia, pidamos al Señor por esta institución
tan atacada, seamos defensores de la verdadera familia fundada por Dios: El
padre, la madre, los hijos… también de este modo daremos testimonio antes de la
Venida de Jesús, que nos quiere sólidos para enfrentar a quienes desean
destruir esta realidad fundada en el verdadero amor. ¡Qué el Señor Jesús, que
ya se acerca, bendiga a todas las familias del mundo!
Pbro.
Yhoan Horacio Márquez Rosario – Sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal –
Venezuela.
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