lunes, 11 de julio de 2016

Reflexión para el XVI Domingo del Tiempo Ordinario - Ciclo C

¿Quién será grato a tus ojos Señor?


Lecturas: Génesis 18,1-10; Salmo 14; Colosenses 1,24-28
Evangelio según San Lucas 10,38-42


¿Quién será grato a tus ojos Señor?”, exclamamos en el salmo de la liturgia de este domingo. Sólo hay una manera de estar ante la presencia del Maestro Bueno: “En actitud de escucha”; degustando lo que nos habla, recibirle, acogerle… esta es la mejor forma. Así hizo María, la hermana de Marta, ante la presencia de Jesús y por la que nos dice: “María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”.

Marta, ante la visita de Jesús, se encuentra llena de trabajo, ella quiere servir y atender bien al Maestro, pero, aquello era menos importante que lo su hermana María hacía: “estar sentada a los pies de Jesús, escuchando su palabra”. Para estar ante la presencia de Jesús, basta con tener el corazón dispuesto, y no dejar que las contrariedades y los quehaceres de la vida obnubilen nuestro encuentro personal con Él. Hay tantas cosas en el mundo que nos distraen y perdemos de vista lo más importante como cristianos: “Escuchar al Buen Pastor”.

Es doloroso cuando por diversas circunstancias perdemos la oportunidad de escuchar a Jesús. Por no escucharlo nos enredamos, le damos cabida al pecado y ofuscamos nuestra mente y nuestro corazón. Abraham fue un hombre que supo divisar a Dios con su mente y con su corazón, le acogió en su casa y ante su visita sabe responder: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte”. No dejemos que la mundanidad nos aleje de Jesús, y de su mensaje de salvación. Él es la mejor parte por la que tenemos que luchar para que no nos sea arrebatada.

¿Quién puede estar ante tu presencia, Señor Jesús? Quien te escucha y es capaz de poner en práctica tu mensaje. El mundo, dominado por Satanás, nos quiere engañar, nos hace sufrir cuando cedemos a nuestras pasiones y deseos. Satanás nos aparta de la palabra de Vida de Jesús. Que nuestro corazón anhele incesantemente estar junto a Jesús, recibirle en nuestra casa, en nuestro trabajo, en la comunidad… sobre todo, no dejarnos inquietar como Marta, la inquietud por el mundo es efímera, la inquietud por el Señor Jesús, por escucharle es lo más sublime para aquel que desee llevar una vida conforme a Dios.

Este domingo, es propicio elevar nuestro corazón a Dios y pedirle con todas nuestras fuerzas que jamás permita que nos apartemos de Él. Lo necesitamos, es imprescindible escucharlo, estar a sus pies, nutrirnos de su Amor y su Misericordia infinita. Señor, danos manos limpias, un corazón puro, ayúdanos a vencer la vanidad y concédenos poder servir y amar enteramente a nuestros hermanos para poder estar en tu Santuario y adorarte incesantemente.

Digamos al Señor que no pase de largo, que nos visite y aprovechemos para escucharle y postrarnos a sus pies.

Pbro. Yhoan Horacio Márquez Rosario – Sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal – Venezuela.

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