¿Quién
será grato a tus ojos Señor?
Lecturas:
Génesis 18,1-10; Salmo 14; Colosenses 1,24-28
Evangelio
según San Lucas 10,38-42
“¿Quién será grato a tus ojos Señor?”, exclamamos
en el salmo de la liturgia de este domingo. Sólo hay una manera de estar ante
la presencia del Maestro Bueno: “En actitud de escucha”; degustando lo que nos
habla, recibirle, acogerle… esta es la mejor forma. Así hizo María, la hermana
de Marta, ante la presencia de Jesús y por la que nos dice: “María escogió la mejor parte y nadie se la
quitará”.
Marta,
ante la visita de Jesús, se encuentra llena de trabajo, ella quiere servir y
atender bien al Maestro, pero, aquello era menos importante que lo su hermana
María hacía: “estar sentada a los pies de
Jesús, escuchando su palabra”. Para estar ante la presencia de Jesús, basta
con tener el corazón dispuesto, y no dejar que las contrariedades y los
quehaceres de la vida obnubilen nuestro encuentro personal con Él. Hay tantas
cosas en el mundo que nos distraen y perdemos de vista lo más importante como
cristianos: “Escuchar al Buen Pastor”.
Es
doloroso cuando por diversas circunstancias perdemos la oportunidad de escuchar
a Jesús. Por no escucharlo nos enredamos, le damos cabida al pecado y ofuscamos
nuestra mente y nuestro corazón. Abraham fue un hombre que supo divisar a Dios
con su mente y con su corazón, le acogió en su casa y ante su visita sabe
responder: “Señor mío, si he hallado
gracia a tus ojos, te ruego que no pases junto a mí sin detenerte”. No
dejemos que la mundanidad nos aleje de Jesús, y de su mensaje de salvación. Él
es la mejor parte por la que tenemos que luchar para que no nos sea arrebatada.
¿Quién
puede estar ante tu presencia, Señor Jesús? Quien te escucha y es capaz de
poner en práctica tu mensaje. El mundo, dominado por Satanás, nos quiere
engañar, nos hace sufrir cuando cedemos a nuestras pasiones y deseos. Satanás
nos aparta de la palabra de Vida de Jesús. Que nuestro corazón anhele
incesantemente estar junto a Jesús, recibirle en nuestra casa, en nuestro
trabajo, en la comunidad… sobre todo, no dejarnos inquietar como Marta, la
inquietud por el mundo es efímera, la inquietud por el Señor Jesús, por
escucharle es lo más sublime para aquel que desee llevar una vida conforme a
Dios.
Este
domingo, es propicio elevar nuestro corazón a Dios y pedirle con todas nuestras
fuerzas que jamás permita que nos apartemos de Él. Lo necesitamos, es
imprescindible escucharlo, estar a sus pies, nutrirnos de su Amor y su
Misericordia infinita. Señor, danos manos limpias, un corazón puro, ayúdanos a
vencer la vanidad y concédenos poder servir y amar enteramente a nuestros
hermanos para poder estar en tu Santuario y adorarte incesantemente.
Digamos
al Señor que no pase de largo, que nos visite y aprovechemos para escucharle y
postrarnos a sus pies.
Pbro.
Yhoan Horacio Márquez Rosario – Sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal –
Venezuela.
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